En una decisión que marca un punto de inflexión en la política económica argentina, el gobierno nacional confirmó la implementación de un paquete integral de medidas antiinflacionarias tras largas negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. El anuncio fue realizado en Casa Rosada por el ministro de Economía, quien destacó la importancia de estas acciones para estabilizar la macroeconomía nacional.
Las medidas incluyen un nuevo esquema de control de precios para productos de la canasta básica, incentivos fiscales para empresas que mantengan estabilidad en sus precios, y la creación de un fondo de estabilización monetaria. Según fuentes oficiales, estas acciones fueron diseñadas en conjunto con técnicos del FMI y buscan reducir la inflación interanual del 230% actual a menos del 50% para fin de año.
El paquete contempla también medidas de alivio para sectores vulnerables, incluyendo un aumento del 15% en las asignaciones familiares y la ampliación del programa de tarifa social para servicios públicos. Los analistas económicos recibieron con cautela las medidas, señalando que su efectividad dependerá de la coordinación entre las distintas áreas de gobierno y el cumplimiento de los compromisos fiscales asumidos.
La respuesta de los mercados fue mixta durante la jornada: mientras que el dólar blue se mantuvo estable, los bonos soberanos experimentaron una leve suba del 2,3%. Los empresarios del sector alimentario expresaron su conformidad con las medidas, especialmente con los incentivos fiscales propuestos, aunque advirtieron sobre la necesidad de mayor previsibilidad en las políticas económicas de mediano plazo.
El cronograma de implementación establece que las primeras medidas entrarán en vigencia la próxima semana, mientras que el esquema completo estará operativo antes del 30 de agosto. El gobierno convocó a una nueva reunión con representantes sectoriales para evaluar el impacto inicial de las medidas y realizar los ajustes necesarios según la evolución de los indicadores económicos.